Los temas vinculados al medio ambiente y defensa de la naturaleza no estuvieron en la campaña de ningún candidato

Ya terminó la campaña electoral para elegir en segunda vuelta al presidente de la Nación. Incluso por primera vez asistimos a un “debate” entre quienes aspiran a ser el primer mandatario por los próximos cuatro años y pudimos escuchar poco y nada de lo que se proponen.

Nos han saturado de mensajes electorales de distinto tipo y color, incluso con cambios de acuerdo a como presentían era el humor de los votantes.

La falta de mención a los temas vinculados al medio ambiente, al cuidado de la naturaleza, a la defensa del patrimonio natural de los argentinos -entre tantas otras- fue uno de las ausencias más notorias. Coincidencias entre los dos candidatos a presidentes, que en definitiva representan -con distintas metodologías y tiempos a diferentes- a sectores de esa derecha que ve en lo territorial solo negocios. Son parecidos, aunque Scioli incluya dentro de sus filas a sectores obreros y populares, incluso a grupos de la izquierda que nuevamente fueron arrastrados a las profundidades del océano por el “incontrolable” encanto del canto de sirenas.

El “balotaje nos incomoda. Nos plantea un escenario que no es el nuestro, nos impone sus reglas y nos somete a un menú que nos disgusta. Pero al mismo tiempo nos muestra un estado de cosas, da cuenta del avance del discurso y de las demandas de las derechas en sectores mayoritarios de la población. Y de ese modo nos enfrenta a nuestros propios límites, a nuestro propio estado de situación en la lucha social” opina en un interesante análisis el Lic. en Sociología de la UBA, Sebastián Levalle.

Quizás nos tengamos que preparar para llevarle -a quien sea electo- nuestros pliegos de reivindicaciones y planes alternativos para impedir que el principio capitalista de que solo interesa como crecen las ganancias, no sea el que siga imperando. Al menos que sepan que hay un sector de la sociedad que sabe lo que quiere, como lo quiere y que no está dispuesto a que le arrebaten la vida en nombre de ningún supuesto “progreso”.

Más allá de quien triunfe el 22 de noviembre, ya sabemos que en los temas de soberanía alimentaria, ampliación de la frontera agropecuaria, defensa de los bosques naturales, desarrollo de la minería a cielo abierto o explotación no convencional de los recursos naturales, piensan más o menos lo mismo: acuerdan con las multinacionales en detrimento de nuestra salud. A uno ya lo vimos actuar a lo largo de estos últimos años, al otro le conocemos su pensamiento privatista.

El poder Legislativo nacional o provincial quedó tan desacomodado (o en algunos casos peor de cómo estaba) para impulsar proyectos ambientales o implementar leyes ya aprobadas y nadie que controla seriamente.

Si bajamos un escalón más, en los municipios, -al menos donde nosotros actuamos- o quedaron los mismos y ya los conocemos o lo nuevo, de nuevo no tiene nada. En Berazategui: la familia Mussi y su política de arrasar con los espacios verdes o negligencia criminal en el manejo de los Residuos Sólidos Urbanos. En Varela: sigue Pereyra con su política de que los problemas ambientales no existen en su proyecto de gobierno. En Quilmes: nos debemos preparar para evitar que el cocinero Martiniano, no empiece con la reserva de Bernal, porque para el lo natural está asociado al negocio.

El Espacio InterCuencas, del que somos parte, ha convocado para el sábado 28 de noviembre y al calor la reunión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP 21 a realizarse en París, a reflexionar sobre las alternativas populares de desarrollo de nuestros países frente a los desafíos del cambio climático.

Esta puede ser la primera señal de nuestras convicciones.

 

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