El problema no son las medidas de fuerza, el problema es que hacemos con la basura
Si no fuera terrible sería gracioso, la forma de como los medios periodísticos informan, o reflejan, las opiniones de los funcionarios, de la Ciudad y provincia de Buenos Aires, o las propias, respecto al preocupante problema de la basura (RSU) y su recolección en Capital y Gran Buenos Aires.
Primero una huelga de los trabajadores de la CEAMSE porque la presión popular se cierra sobre los funcionarios y estamos más cerca de que se clausuren todos los basurales llamados “Rellenos Sanitarios”. Aunque ello no quiera decir que estos mismos funcionarios le abran paso a la solución real.
En el caso del relleno sanitario Norte III, allí descargan sus residuos la Ciudad y 27 municipios bonaerenses. Desde el domingo a la noche hasta el martes al mediodía la Asociación Gremial de Obreros y Empleados de la Ceamse (AGOEC) habían bloqueado la entrada de los camiones, en reclamo de una ampliación del relleno, que de lo contrario colapsaría en marzo.
Después, de que los trabajadores de la CEAMSE levantaron el paro, fueron los integrantes de cooperativas de recicladores los que bloquearon la entrada al basural de José León Suárez, reclamando, justamente, el pago de un canon por los materiales que recuperan.
Con la conciliación obligatoria, volvieron a funcionar los rellenos de González Catán y Ensenada, pero el bloqueo a Norte III, que realizan los integrantes de cooperativas de reciclado que le reclaman al Gobierno porteño más subsidios, continúo e impidió la entrada en este basural de los RSU.
Primer paradoja, trabajadores que temen perder sus trabajos (si no se abren más “basurales”) o trabajadores precarizados que reclaman también no perder el suyo, ser reconocidos como tales y por lo tanto subsidiados. Es decir reclamos que siguen generando contaminación y enfermedades. Y porque no muerte. Sin que sean los trabajadores los culpables de tales atrocidades.
De parte de las autoridades, ni de los medios, ni una palabra acerca de los problemas de salud que generaron, generan y seguirán generando esos mal llamados “rellenos sanitarios” (léase siempre basurales oficiales).
Segunda paradoja, tres días de basura acumulada en las esquinas porteñas o del GBA, son al menos dos días (a pesar del frío) de generación de líquidos lixiviados, que se van por las alcantarillas y terminan en el Río de la Plata, de donde se extrae el agua que después toman los mismos que tiraron la basura en la esquina y millones más. Y si de analizar se trata, no olvidarnos de la contaminación del aire que generan los gases que provocan los RSU en descomposición.
Cuales son las respuestas oficiales: no saquen la basura a la calle hasta que se resuelva el conflicto. ¡¡Vaya solución!! Cuando se supere este conflicto todo quedará en aguas de borrajas y la solución bien gracias.
Mientras tanto se sigue sin tomar medidas serias, y en serio, de cómo resolver el flagelo de los RSU.
Cuando hablamos de resolver el problema no nos referimos a los Ecopuntos que inventó la Secretaria de Medio Ambiente de la Nación. Nos referimos a RESOLVER EL PROBLEMA.
Es decir, implementar medidas para que en un tiempo prudencial se reduzca la generación de basura, particularmente la de alta contaminación; se separen los RSU en origen (es decir donde se produce), se recoja de manera diferenciada, se recicle lo inorgánico, se trate lo orgánico produciendo compostaje y se entierre, en lugares correctamente acondicionado, el mínimo remanente que pueda quedar (entre un 5 o 10% del total). Esto debe traer consigo, y de manera simultánea e inmediata, la desaparición de todos los basurales llamados “Rellenos Sanitarios” y la anulación de la ley de la dictadura militar 9111/78 que creó la CEAMSE.
Claro, estas medidas deben ser acompañadas de una ley de envases y otra norma legal que parta del principio de que quien genera la basura debe hacerse responsable y cargo de ella.
En esta lógica hay espacio para dar trabajo digno a los cientos de trabajadores que hoy viven miserablemente de la manipulación y venta de partes de los residuos (particularmente cartón, plástico, vidrio y metales).
El problema no termina el día que los diarios no informen más sobre la basura o desaparezcan las montañas de residuos de las esquinas porteñas. El problema queda y se agrava y mientras tanto se sigue mirando para otro lado.
La solución está, solo falta voluntad política.