El gobierno municipal de Berazategui quiere habilitar un nuevo barrio cerrado en la costa de Hudson, de más de 100 hectáreas.
Se trata de Lagoon Hudson, ubicado en el margen derecho de la calle 63, enfrente del ya consolidado barrio Pueblos del Plata. Actualmente, parte de ese predio ya se encuentra elevado, con pilares de electricidad y dos lagunas. Una obra abandonada que comenzó en 2014 y conforma un pasivo ambiental sin saneamiento, sobre el cual construirán otro barrio de lujo en la costa de Hudson.
El 22 de enero pasado el Municipio publicó en su página web (https://berazategui.gob.ar/consultaspublicas/barrio-cerrado-hudson-lagoon/) la convocatoria a una “Consulta pública”, en el marco del procedimiento de evaluación ambiental del proyecto “Barrio cerrado Lagoon Hudson”, destinada a vecinos de Berazategui. Como información ambiental para que los vecinos emitan su opinión sobre el proyecto, adjuntan 3 cuerpos del expediente donde tramita la licencia ambiental del barrio, de 200 hojas cada uno.
La convocatoria para participar estará abierta hasta el 2 de febrero. Es decir, los vecinos tienen 11 días para leer 600 páginas de información técnica sobre el proyecto, lo que entorpece su comprensión y va en contra de lo dispuesto en el artículo 7.4 y 7.5 del Acuerdo Regional sobre Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en asuntos ambientales (Acuerdo de Escazú).
Además, la consulta pública no se realiza al comienzo del procedimiento de toma de decisión, ya que la empresa presentó el informe de evaluación de impacto ambiental en octubre de 2021, y recién hoy se convoca a consulta, en contra del artículo 7.4 del Acuerdo de Escazú. Sin mencionar, además, que ya hay una buena parte del barrio construida desde 2014, para la que no realizaron ninguna consulta. Es decir, actúan sobre el hecho consumado.
Otra muestra de la opacidad habitual con la que se maneja el Municipio de Berazategui con las cuestiones ambientales, es que no se publica el acto administrativo por el cual se convoca a la consulta, lo que dificulta la comprensión sobre la etapa en la cual se encuentra la autorización proyecto y la autoridad ambiental ante la cual tramita la licencia ambiental, en contra del artículo 7.6 del Acuerdo de Escazú. Tampoco aclaran de qué forma van a dar respuesta a las opiniones que se den en esta consulta, en línea a lo establecido en el artículo 18 de la ley provincial N°11723.
Revisando los archivos aportados por el Municipio, que se corresponden en gran parte al Informe de Evaluación de Impacto Ambiental del barrio, se observan varios aspectos muy preocupantes y que deben ser explicados y considerados por los impulsores del barrio y autoridades ambientales competentes:
- El impacto que va a tener sobre las aguas de la región, ya que proyecta arrojar sus desechos cloacales (los de más de 700 lotes construidos) al Arroyo Baldovinos, que ya admite contaminado por efluentes cloacales. Además, planean llenar la laguna artificial “Crystal” (emulando al caribe) de agua del acuífero, sin dimensionar el impacto que podría tener sobre esa fuente de agua potable. También planean realizar dos perforaciones a ese cuerpo de agua subterráneo, sin dimensionar lo que podrían consumir más de 700 lotes con sus respectivas piletas y riegos automatizados.
- El impacto sobre la fauna, que consideran neutro o negativo pero por corto tiempo, cuando avanzaron sobre la laguna que tras 10 años de abandono se formó en un costado del predio y hoy ocupan muchas aves migratorias (como las cigüeñas americanas o las espátulas rosadas).
- El impacto sobre el suelo y el escurrimiento de las aguas superficiales, que consideran neutro o positivo (porque según ellos aportará una mejora estética del paisaje) cuando rellenarán y elevaran la cota de más de 100 hectáreas en un valle de inundación y zona de humedal.
Estos son solo algunos de los muchos aspectos que abren cuestionantes sobre la viabilidad ambiental del proyecto. Es lógico que el informe de evaluación ambiental presentado no considere impactos de relevancia, ya que son las mismas empresas que peticionan el permiso ambiental las ocupadas de elaborarlo.
Recordemos también que la zona donde hoy se planea construir este gran barrio cerrado, el Municipio la había declarado reserva, hasta que la desafectó de ese carácter para habilitar la construcción de estos barrios, violando así el principio de no regresión en materia ambiental.