3 de diciembre. Día Internacional del No uso de Plaguicidas
Las 400 organizaciones miembros de la Red de Acción en Plaguicidas, han establecido el 3 de diciembre como Día Internacional del No uso de Plaguicidas. En esta fecha se recuerda a las más de 16.000 personas fallecidas a consecuencia de la catástrofe de Bophal, India, ocurrida en 1984 por el escape de 27 toneladas del gas tóxico metil isocianato, utilizado en la elaboración de un plaguicida de la Corporación Union Carbide. Este desastre químico ocurrió en un área densamente poblada y sólo en los tres primeros días murieron 8.000 personas.
Como dice Javier Souza Casadinho, Coordinador regional RAP-AL, “nos encontramos en tiempos de luchas, protestas y propuestas en toda Latinoamérica. Luchas para frenar el avance los cultivos transgénicos y su paquete contaminador asociado; insecticidas, herbicidas, fertilizantes. Insumos químicos tóxicos que degradan el ambiente, impactan en la salud humana y erosionan nuestras culturas”.
En estos días asistimos a un nuevo capítulo de la lucha heroica de los vecinos de Malvinas Argentinas, Córdoba, para evitar la instalación de una planta de Monsanto. Después de la feroz y repudiable agresión a la que fueron sometidos por una patota de la UOCRA los vecinos volvieron a levantar el campamento, la Justicia ordenó la salida de los camiones que entraron escudados en la agresión de la patota y la represión policial y Monsanto, la multinacional más poderosa de las semillas transgénicas, no puede continuar con el montaje de la planta.
La situación se produjo a raíz del incumplimiento de la normativa respectiva a la participación ciudadana que reconoce la Ley General del Ambiente, por lo tanto se está violando los derechos de los Pueblos a decidir y a su autodeterminación. Es preocupante como algunos los funcionarios, políticos y jueces desconocen el art. 41 de Constitución Nacional, en cuanto no reconocen el derecho a un ambiente sano tanto para las generaciones actuales como las futuras.
A lo largo de estos años la agricultura de monocultivos con uso intensivo de agrotóxicos, ha contaminado aire, suelo, agua y alimentos causando graves desequilibrios en los ecosistemas, muerte y reducción de vida silvestre. También se han producido graves impactos en la biodiversidad agrícola y cambios en el patrón de cultivos.
Simultáneamente esta política “asesina” ha producido una grave pérdida de la fertilidad de nuestros suelos y aceleró los procesos de deforestación y eliminación de la cobertura vegetal. Es la realidad que viven muchas comunidades aborígenes en nuestro país sometidas al avance de la frontera agropecuaria.
En estos días el Servicio Paz y Justicia “reclamó a las autoridades nacionales y al gobierno de Formosa, por la vida y seguridad de la Comunidad QOM y en especial de la familia de Félix Díaz, quienes son víctimas de la violencia ejercida por la gobernación de Formosa y sus secuaces que ocultos en el anonimato atropellan a la familia de Félix, como es el atentado reciente contra su hija menor Jorgelina, quien el día 26 de noviembre, fue agredida por un hombre. Según la información dada por su padre, la joven se resistió y gritó, el atacante frente a la resistencia le cortó parte del cabello y le produjo una herida de refilón en el abdomen, siendo hospitalizada en Laguna Blanca, y ahora agredieron a su mujer en medio de la noche”.
El comunicado de Paz y Justicia agrega que “cabe señalar que son incontables las veces que los miembros de esta comunidad y en particular el qarashé y líder QOM Félix Díaz y su familia, han sufrido hechos de violencia por defender sus derechos humanos; como el hecho de soportar una justicia complaciente y cómplice del poder político que le impone causas armadas, para penalizarlo e impedir que continúen reclamando sus derechos al territorio y por los derechos humanos, contemplados en la Constitución Nacional, el Convenio 169 de la OIT y la Declaración Universal de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas”. “El gobierno Nacional no ignora la situación de injusticia que sufre la Comunidad QOM en Formosa”.
Los gobiernos, si se dicen populares, deben priorizar el cuidado y la defensa de la vida los ciudadanos y no el cuidado y defensa de los intereses comerciales de las multinacionales.