22 de abril: Día Internacional de la Madre Tierra
Todos los 22 de abril, desde hace 47 años las Naciones Unidas, celebran el Día Internacional de la Madre Tierra para recordar (dicen) “que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento”. Este año, la campaña se denomina «Alfabetización medioambiental y climática». ¿Hablaran de alfabetizar a los gobiernos de los países centrales?
Frase hueca ante la realidad de nuestros días cuando en la tierra peligra la vida, mientras que las grandes potencias siguen saqueando el planeta y el presidente de los EE. UU., Donald Trump, informa al mundo que se bajará de todos los compromisos ambientales asumidos en los últimos tiempos “para garantizar que no se obstruya el crecimiento económico de su país”. Y como siempre sucede, las Naciones Unidas nada han dicho.
Mientras tanto en nuestro país, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, presentó un informe en el que sostiene que la presión sobre los humedales, la deforestación, el aumento de la temperatura y las lluvias provocadas por el cambio climático son los problemas más acuciantes que sufre la Argentina (se olvidan de la minería a cielo abierto). El ministró Sergio Bergman explicó que los humedales es uno de los ecosistemas más degradados, pero aunque ellos son la principal autoridad de control nada dicen de cómo van revertir la situación y aunque reconocen que son los humedales grandes amortiguadores para las inundaciones dejan que se avance sobre ellos. En este extenso informe sostienen que es la expansión inmobiliaria el principal factor que amenaza los humedales. No sirve de nada si no actúan sobre la violación sistemática de la Ley y no escuchan las denuncias que organizaciones sociales y vecinos realizamos casi diariamente.
Mientras el país sufre las consecuencias de las últimas lluvias y una decena de provincias están en emergencia agropecuaria, el investigador del Conicet y de la Universidad de San Luis Esteban Jobbágy, sostiene que la explotación de ciertos cultivos y el desmonte quitaron capacidad de absorción al suelo y mientras la información periodística casi se detiene en mostrar el nacimiento de nuevos ríos (como un fenómeno casi irreal) Jobbágy advierte como el modelo de los agronegocios imperante en nuestro país impulsa nuevos cultivos y genera un desmonte permanente: en Argentina se desmontaron 2,4 millones de hectáreas en los últimos 10 años.
Por otro lado, en el Informe presentado se dice (entre otras cosas) que sólo el 12% de las aguas residuales son tratadas antes de su vuelco. Que la mayoría de las ciudades argentinas no cuenta con monitoreo continuos de calidad de aires o que 106 millones de hectáreas están afectadas por diferentes procesos de erosión. Como era de esperar y al mejor estilo de los informes ambientales oficiales en nuestro país solo contiene datos y estadísticas, son informes que producen para cumplir con lo que establece la Ley General del Ambiente Nº 25675, pero no hay medidas para detener este desastre y avanzan los barrios cerrados sobre los humedales costeros.
No se respetan las leyes, se cajonean o modifican los contenidos de proyectos que hace años están buscando su aprobación (Ley de Humedales) y lo que quizás sea peor aún se aprueban leyes, como la de Reordenamiento Territorial de los Bosques Nativos Bonaerenses, que le abre camino a la destrucción de las principales reservas forestales de la provincia de Buenos Aires. Miran para otro lado cuando están obligados a defender lugares como la Reserva de Bernal o los humedales y bosques de nativos de Hudson.
Como repetimos en cada una de estas fechas: No hay nada para celebrar sino debemos utilizarlas como un instrumento para impulsar, organizar y coordinar la lucha en defensa de la Madre Tierra.