2 de febrero: Día Mundial de los Humedales
El 2014 es el Año Internacional de la Agricultura Familiar, debido a ello, la Convención de Ramsar, ha elegido Humedales y agricultura como el tema para el Día Mundial de los Humedales 2014.
Los humedales están íntimamente vinculados con la agricultura ya que a menudo se los ha considerado un obstáculo y todavía se los siguen drenando para habilitar terrenos agrícolas. Durante todos años se viene bregando para que se comprenda el papel fundamental que desempeñan los humedales también en apoyo de la agricultura sana.
¿Qué es un humedal?
La Convención sobre los Humedales los define como: “Las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”. En esta definición quedan incluidos todos los ambientes acuáticos continentales y la zona costera marina.
Según la Secretaría de Ambiente y Desarrollo sustentable de la Nación: “La gran extensión de nuestro país y su variación latitudinal y altitudinal determinan la existencia de una gran diversidad y riqueza de humedales, que incluyen lagunas altoandinas, mallines, turberas, pastizales inundables, bosques fluviales, esteros, bañados y marismas, entre otros. Se estima que cerca del 23% de la superficie de la República Argentina está ocupada por humedales”.
¿Cuáles son los principales humedales?
En el noreste del país hay una gran abundancia de ambientes acuáticos, asociados a los ríos de la Cuenca del Plata. En cambio en las zonas áridas y semiáridas como la Puna y la estepa patagónica, el agua suele ser una limitante para el desarrollo de la vida y las actividades humanas. En estas zonas los humedales se localizan principalmente en los valles de los ríos, depresiones y al pie de las sierras y montañas.
La Cuenca del Plata es la principal cuenca hídrica continental de la Argentina. Se desarrolla en un territorio predominantemente llano, de clima benigno y suelos fértiles. Reúne la mayor concentración humana e industrial del continente, incluyendo las principales ciudades de Brasil y Argentina. También importantes áreas de desarrollo agrícola. Se caracteriza por sus grandes ríos, como el Paraná, con su vasta llanura de inundación, en donde se encuentran una gran variedad de humedales, como lagunas, esteros, pantanos, bañados y madrejones.
El río Paraná tiene un período de aguas bajas en invierno, y otro de crecientes en primavera y verano, durante el cual se inundan amplias zonas, cubriendo islas y tierras aledañas. Al bajar las aguas quedan lagunas aisladas donde se desarrollan vegetación y fauna, en particular muchos peces que penetran en los primeros momentos de su vida, buscando refugio y alimentación. Los principales humedales identificados para esta Región son la Cuenca del Río Riachuelo, el Sistema del Iberá, el Río Uruguay, el Río Paraná, el Río Paraguay, el Río Iguazú y sus cataratas, el Delta Paranaense y el Río de la Plata.
De acuerdo a esta descripción oficial nuestro país ha inscripto en la Convención de Ramsar, solo 21 humedales: Laguna de los Pozuelos (Jujuy); Parque Nacional Río Pilcomayo (Formosa); Laguna Blanca (Neuquén); Reserva Costa Atlántica Tierra del Fuego; Reserva Provincial Laguna de Llancanelo (Mendoza); Bahía Samborombón (Buenos Aires); Lagunas de Guanacache, Desaguadero y Del Bebedero (Mendoza, San Juan y San Luis); Lagunas de Vilama (Jujuy); Jaaukanigás (Santa Fé); Lagunas y Esteros del Iberá (Corrientes); Bañados del Rio Dulce y Laguna de Mar Chiquita (Córdoba); Refugio Provincial Laguna Brava (La Rioja); Humedales Chaco (Chaco); Reserva Ecológica Costanera Sur (Ciudad A. de Buenos Aires); Parque Provincial El Tromen (Neuquén); Reserva Natural Otamendi (Buenos Aires); Humedal Laguna Melincué (Santa Fe); Lagunas Altoandinas y Puneñas de Catamarca (Catamarca); Glaciar Vinciguerra y Turberas asociadas (Tierra del Fuego); Palmar Yatay (Entre Ríos) y Humedales de Península Valdés (Chubut). Estos lugares de nuestro país abarcan más de 5 millones de hectáreas. Sólo dos están en la provincia de Buenos Aires.
A pesar de que ninguno de estos lugares está totalmente protegido de la voracidad de los negocios del sistema, nos surge la pregunta de ¿Por qué no se solicitó la inscripción de los otros lugares que el mismo Estado reconoce como zona donde se encuentran los principales humedales? Este es el caso de la costa del Río de la Plata hoy amenazada por diversos emprendimientos inmobiliarios. ¿Será que en el interrogante está la respuesta?: Los futuros negocios.
Participación popular en el manejo de los humedales
En mayo de 1999 la Convención de de Ramsar adoptó la Resolución VII.8 denominada “Lineamientos para establecer y fortalecer la participación de las comunidades locales y de los pueblos indígenas en el manejo de los humedales” Allí estableció como esenciales la intervención y la participación de las comunidades locales en la adopción de decisiones sobre el manejo de los sitios Ramsar y otros humedales.
Las experiencias recogidas en relación con el manejo participativo demuestran que el involucramiento de las comunidades locales y los pueblos indígenas en el manejo de los humedales contribuye considerablemente al mantenimiento o la restauración de la integridad ecológica de los humedales, al bienestar comunitario y a un acceso más equitativo a los recursos. (Más información en http://www.ramsar.org/cda/es/ramsar-documents-resol-resolution-vii-8/main/ramsar/1-31-107%5E20736_4000_2_)
Sin embargo, es habitual leer o escuchar opiniones contrarias a la participación social. Tal es el caso del resguardo de la Reserva de Bernal, donde algunos medios locales publican comentarios burlones sobre las habituales caminatas que por la misma realizan dos veces al mes los integrantes de la Asamblea No a la entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda, el principal grupo social que está abocado a la defensa de la Reserva.
Teoría y práctica
Se puede leer en un trabajo publicado por la Secretaría de Ambiente que los ecosistemas de humedales desempeñan funciones de las cuales se derivan enormes beneficios para la humanidad y realizan una contribución fundamental a la salud y el bienestar humano, tales como el almacenamiento de agua, la regulación de caudales, la recarga de aguas subterráneas, la fijación de dióxido de carbono y la retención y exportación de sedimentos y nutrientes. Las plantas absorben los nutrientes del suelo y el agua y los almacenan en sus tallos, hojas y raíces. Además, en las lagunas y llanuras de inundación donde se encuentran densas formaciones vegetales, como los lechos de juncáceas, también actúan como barreras físicas que frenan el agua y retienen los sedimentos. La retención de sedimentos y nutrientes aumenta la fertilidad y productividad natural de las llanuras inundables y contribuye a mejorar la calidad del agua.
Pero lo que se escribe con el puño se borra con el codo, dice un refrán popular que se puede aplicar en varios lugares del país –los esteros del Iberá por ejemplo-. Pero para no irnos tan lejos peguemos una mirada a nuestro alrededor.
En nuestra región particularmente la mayor amenaza sobre los humedales –reconocidos o no por la Convención Ramsar- son los emprendimientos inmobiliarios, ya planteados o listos para salir en cualquier momento.
Sobre toda la costa del Río de la Plata, desde el Delta hasta la Bahía de Samborombon, hay proyectados decenas de emprendimientos inmobiliarios privados y obras municipales que ponen en riesgo los humedales, varias reservas y toda su flora y fauna.
No obstante el accionar de los vecinos y organizaciones sociales han logrado que la Justicia detenga -hasta ahora- el intento de Techint (con el aval de los intendentes de Avellaneda y Quilmes) de avanzar con el negociado de Nueva Costa del Plata, no todo está dicho y es ahora la Corte Suprema de Justicia la que tiene la última palabra. Sigue siendo una zona que aún está en riesgo.
En Berazategui, según declaraciones del Intendente Municipal, Dr. Patricio Mussi, se estaría impulsando el desarrollo de un puerto comercial en la costa del Río de la Plata a la altura de la calle 14 y el desarrollo de un puerto deportivo-turístico en la costa de Hudson.
Estos anuncios y comentarios periodísticos también hablan de un vial costero (entre las calles 14 y 63), de tierras cedidas a una organización sindical para construir un complejo turístico y los proyectos inmobiliarios públicos y privados ya previstos, lo que va redondeando cuales son los planes oficiales para la costa del río.
De esta manera van a ir desapareciendo, los pajonales, los humedales y los valles de inundación, y acercan peligrosos emprendimiento inmobiliario a la Selva Marginal de Hudson, que se encuentra desprovista de protección legal.
Las declaraciones, como siempre, imprecisas y escasas, alcanzan para deducir una cuestión central: el peligro ambiental que significa la destrucción, aunque sea parcial, de los espacios verdes costeros. Y por supuesto demuestran que una es la letra escrita y otra totalmente diferente es lo que impulsan las autoridades manipulando la opinión pública.
La realidad nos demuestra la necesidad de proteger todas las márgenes de los arroyos, valles de inundación, lagunas y ríos de la provincia de Buenos Aires, partiendo de concebirlos como zonas de humedales y ponerlos bajo la protección de la Convención Ramsar.
Si las celebraciones, como la del 2 de febrero, no son acompañadas con hechos, son solo palabras huecas que sirven para esconder oscuros objetivos, que se suman a otras medidas que desprotegen a las verdaderas riquezas de nuestro planeta, dejan a las poblaciones en manos del gran capital que pretenden adueñarse de estas riquezas naturales para transformarla en dinero, atesorar en una bóveda particular, en desmedro del bien común..