La contaminación en el Río de la Plata continúa en aumento
La situación del Rio de la Plata es crítica y requiere de medidas inmediatas para frenar la contaminación. Fuente de agua para consumo, navegación, irrigación y recreación el rio color de león es el está entre los 10 mas contaminados del mundo. Es URGENTE la acción real del Estado para frenar esta devastación.
Hoy más que nunca, batallar por un el buen vivir, en armonía con la naturaleza.
El Río de la Plata ya casi no sirve para nada fuera de la navegación y estamos hablando de un río que es fuente de agua para consumo humano (de alrededor de 5 millones de personas), irrigación, recreación y uso industrial. Cualquiera de estos usos están invalidados. Por otro lado, la fauna y la flora ya están seriamente comprometidas. En cualquier lugar a lo largo de toda la ribera -con acceso de la gente- el cartel infaltable es aquel que nos informa que está prohibido bañarse en el Río de la Plata por estar contaminado.
Como hemos repetido en varias oportunidades es importante insistir que según la WWF el Río de la Plata se encuentra entre los 10 ríos más contaminados del mundo los restantes son los ríos: Salween – Danubio – Grande – Bravo (EE.UU) – Gange – Indo Nilo – Lago Victoria – Cuenca Murray – Darling (Australia) – Cuenca Mekong – Lancang y el Río Yang Tsé.
La lista de agentes contaminantes del agua del río color de león, al que Solís confundió con un mar, es muy extensa, pero basta con detenerse en algunos de ellos para entender lo que estamos hablando.
Es necesario señalar que la escala para medir la calidad del agua es la siguiente: por debajo de 24, el líquido no es apto para ningún uso; entre 24 y 52, sirve para un uso mínimo; entre 53 y 92, para uso limitado. Finalmente, entre 93 y 100, el agua puede ser destinada a cualquier uso.
El Riachuelo, el Reconquista, la descarga de líquidos cloacales en Berazategui, el arroyo Medrano –para nombrar uno de los que atraviesa la Ciudad de Buenos Aires- y los arroyos que desaguan directa o indirectamente en el Río de la Plata son algunos de los principales contaminantes. Estos cursos de agua arrastran afluentes cloacales, desechos industriales y residuos sólidos urbanos (RSU), principalmente.
Los efluentes cloacales aportan compuestos nitrogenados, como nitratos, nitritos y amonios, que son empleados por los organismos fotosintéticos como nutrientes. Si se registran en gran cantidad, como sucede en las costas de Berazategui por donde llegan a al Río de la Plata más de 2 millones de m3 diarios de estos desechos, provocan el aumento desmedido de organismos que impiden el paso de la luz y comienza un proceso de eutrofización, o sea de muerte de la biota, además de aportar organismos patógenos, como bacterias y virus.
Según un estudio de la Universidad de San Martín (UNSAM) en la desembocadura del Riachuelo, a la altura de Vuelta de Rocha, el índice de calidad del agua se sitúa en 16 y un poco más cerca del Río de la Plata, en Cuatro Bocas, alcanza 33. Allí, los investigadores hallaron que era casi nulo el oxígeno disuelto, que era alta la carga de nitrito y amonio, y observaron metales, como el cromo, el plomo y el cadmio.
En tanto, el arroyo Medrano, otro de los cursos estudiados por la UNSAM -que desemboca a solo 1000 metros de las toma de Agua de AySA- llega con un índice de 15, y con una alta la carga orgánica, alteraciones en el oxígeno disuelto y elevada presencia de amonio y nitrito.
Por su parte, en el río Reconquista los valores oscilaron entre 30 y 40. Los equipos de investigación detectaron disminuido el oxígeno disuelto, aumento del nitrógeno, fósforo, cadmio y plomo, entre otros; además de amonios y nitratos.
El Matanza-Riachuelo, recorre 80 kilómetros y atraviesa 14 municipios y parte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde su nacimiento en el municipio de Cañuelas hasta su desembocadura en el Río de la Plata. Las áreas de mayor concentración industrial son las conocidas como Cuenca Media y Baja, esta última la de mayor degradación ambiental.
Más de 24.000 establecimientos industriales y comerciales están radicados en esta zona según información oficial de la Autoridad Cuenca Matanza-Riachuelo, ACUMAR. Entre los sectores reconocidos como más contaminantes se encuentran, entre otros, curtiembres, frigoríficos, galvanoplastías y petroquímicas. El sector de las curtiembres fue identificado por la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS) en el año 2006, como responsable del 50% de la degradación ambiental.
Los efluentes industriales transportan contaminantes orgánicos e inorgánicos en cantidades que varían según la rama de producción. Los frigoríficos, por ejemplo, si no tratan sus vertidos, aportan gran contenido de bacterias. Al introducir en un curso de agua materia orgánica, ésta consume oxígeno para su oxidación y hace descender los niveles de ese elemento en el agua, así se favorecen procesos anaerobios durante los que se producen metano y sulfuro de hidrógeno, y se liberan olores nauseabundos.
Mientras tanto, los estudios remarcan que las curtiembres y la metalurgia generan metales, como el cadmio, el cromo, el cobre, el plomo, el cinc y el mercurio. Otras industrias liberan pesticidas y fertilizantes.
Fabián Debesa, periodista de Clarín, escribía hace apenas unos meses que: “El agua cristalina que corre por el cauce natural de los arroyos es un paisaje en extinción. No quedan cursos pluviales sin contaminación en la extensa geografía urbana del tercer cordón metropolitano que rodea a la Capital. Son más de 840 kilómetros de líquidos espesos, turbios y malolientes que surcan territorios, atraviesan barrios y penetran al corazón del área metropolitana más grande del país”. Todo es arrastrado lentamente al Río de la Plata.
El doctor en química Daniel Cicerone, profesor asociado de la Universidad Nacional de San Martín, explica que, por todas las sustancias en suspensión, los efluentes cloacales e industriales disminuyen la calidad del agua y, por ende, la «aptitud de uso del recurso».
Los afluentes del Río de la Plata en el Gran Buenos Aires están gravemente contaminados y también está comprobado que dicha contaminación afecta no solo a la flora y fauna autóctona sino también a los habitantes de la ribera de los ríos. Esto nos obliga a reclamar a las autoridades que se tomen medidas urgentes con respecto a la información de la población sobre el tema tratado y aplicar severas sanciones sobre aquellas industrias y empresas que provocan la mayor cantidad de contaminación volcada a todos afluentes del Río de la Plata debido a las graves e irremediables consecuencias
A título de información, es importante recordar que la UNESCO en el año 2007 –en vísperas del Día Mundial del Agua- advirtió que en pocos años la escasez de agua, a nivel mundial, podría triplicarse como consecuencia del calentamiento del planeta y hacía aún más temible su afirmación sumando que en esos años le faltaba agua a más de mil millones de personas y que podría reducirse tres veces más como consecuencia del calentamiento climático.
En esa oportunidad la UNESCO remarcaba que entre los impactos del calentamiento climático sobre los recursos acuíferos, que «las reservas de agua contenidas en los glaciares y la cobertura de nieve muy probablemente declinarán». Además, la multiplicación de las precipitaciones extremas aumentaría las inundaciones y favorecería la contaminación de los recursos de agua dulce. Sin dudas podríamos vincular estos estudios con algunas de nuestras realidades recientes.
Por otro lado, y casi como una broma, La Nación publicó el martes 16 de junio último una nota titulada “Preocupan a los argentinos los efectos que podría causar el cambio climático”
Laura Rocha, comenta en la nota mencionada que: “El relevamiento, que realizó la World Wide Views Alliance en 100 países, tuvo su capítulo local a cargo de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático. La encuesta global, apoyada por las Naciones Unidas, tiene como objetivo reunir las opiniones de 10.000 ciudadanos, cuyos resultados se entregaron a los negociadores de los países en Alemania, en una de las reuniones previas a la cumbre de lucha contra el cambio climático que se celebrará en París en diciembre próximo.
Entre los resultados más destacados se encuentran que al 95% de los argentinos le preocupa mucho el cambio climático. Casi ocho de cada diez, un 78%, piensan que las medidas de lucha contra el fenómeno representan una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los habitantes y el 60% cree que para reducir las emisiones del gas de efecto invernadero (GEI) sería necesario subvencionar a las energías renovables. En tanto, el 79% piensa que es urgente que en la cumbre de París los países tomen las decisiones necesarias para evitar un aumento promedio global de la temperatura a 2°C, y nueve de cada diez señalan que el tema no es una prioridad en la agenda política nacional”. Esto se lleva de patadas con la falta de políticas públicas para defender el agua en nuestro país. Pero también debemos reconocer que se lleva de patadas con la escasa reacción de la gente ante los reclamos que llevamos adelante quienes advertimos de este riesgo.
Otro dato a tener en cuenta que según un estudio publicado en la revista Water Resources Reserach determinó que una tercera parte de las 37 cuencas subterráneas más caudalosas del mundo, que constituyen la principal reserva de la humanidad y suministran el 35% del consumo, están perdiendo agua a un ritmo vertiginoso, según datos proporcionados por las mediciones de dos satélites de la NASA. El Acuífero Guaraní se encuentra entre los que están declinando su caudal.
Nuestro país, además de los glaciares cordilleranos, las reservas que tiene son el Río de la Plata que es una de las grandes fuentes de abastecimiento, y a nivel subterráneo el acuífero Puelche, un río confinado que se encuentra a escasa profundidad, y que dicho sea de paso es de donde se abastece la población de Berazategui y F. Varela.
A este análisis queremos sumarle una pequeña reflexión más acerca de nuestra larga lucha por el reclamo de una Planta de Tratamiento integral de Líquidos cloacales en la costa de Berazategui. Ya hemos hablado del Riachuelo, el Reconquista y los miles de arroyos que llevan residuos industriales, agrotóxicos y RSU (incorrectamente basura), pero es necesario sumar unas palabras sobre la gran mentira del siglo que es la llamada Plata de Tratamiento de Líquidos Cloacales del Bicentenario.
Patricio Mussi, el intendente admirado de la Presidenta Cristina Kirchner y precandidato a gobernador bonaerense, (volteado por la lapicera de oro), estuvo meses utilizando una propaganda que hace referencia a la Planta de Pretramiento (porque de eso se trata), que dice “Recuperamos nuestro río y la Dignidad de 400.000 ciudadanos”, ¿Cuándo se falta a la verdad en la información que se le brinda a la población no hay castigo? Al Río de la Plata no se lo recupera con una planta de pretratamiento y la dignidad de la gente es mucho más que esa mentira.
Pero para no extendernos más solo vamos a referirnos a lo que dice la empresa AySA sobre lo que ellos dicen recuperamos y obviamente teniendo en cuenta lo que describimos más arriba.
La empresa dice: “Dentro del Plan de Saneamiento de AySA, el Plan Quinquenal (2007-2011) para la red de saneamiento cloacal define las siguientes metas:
– Incorporación de 1.400.000 habitantes al servicio cloacal
– 80% de cobertura de desagües cloacales
– Mejorar la confiabilidad y flexibilidad del sistema de saneamiento
– Paulatina mejora ambiental.
Luego agrega: “Que para lograr las metas propuestas en el Plan Quinquenal (el mismo ya terminó en el 2011) “se encuentra el desarrollo del Proyecto “Sistema de Tratamiento por Dilución Berazategui”(STDB), que contempla la descentralización del sistema troncal principal Berazategui en dos subsistemas (Capital y Berazategui), con el objetivo de desdoblar los puntos de vuelco en el Río de la Plata, aumentando la seguridad y otorgando mayor flexibilidad al sistema en forma integral”, (el primer sistema troncal no está ni proyectado)
Además: “Este proyecto considera la construcción de un emisario de mayor longitud que el que opera actualmente (2° Etapa) para optimizar la disposición de los efluentes tratados en el futuro”. (De la famosa prolongación del emisario ya ni se habla)
“El Sistema de Tratamiento por Dilución Berazategui de efluentes cloacales (STDB) propuesto por AySA, tiene como objetivo el aprovechamiento de las cualidades autodepuradoras del Río de la Plata para degradar fácilmente los efluentes tratados mediante una mayor difusión más alejada de la costa”. (Ya hemos comentado que el Río de la Plata es el tercer río más contaminado del mundo, y ya ha perdido su capacidad de autodepuración hace mucho tiempo)
“Este sistema, dicen más adelante, se compone de una Planta de Pretratamiento (como se verá no existe la construcción de tal Planta de Tratamiento) de los efluentes cloacales, en dónde básicamente se retienen los sólidos que el mismo contiene (arenas y grasas), y un Emisario Subfluvial que mediante difusores dispone el líquido pretratado en un cuerpo receptor con capacidad para degradarlo y asimilarlo en tiempos adecuados (capacidad de autodepuración que no existe). Esta es la verdad asumida por la empresa. De que recuperación nos está hablando el fracasado candidato a gobernador Patricio Mussi. Auque lo principal es que la situación del Río de la Plata empeora sistemáticamente y con ello empeora la situación sanitaria de la población.
Esta es la realidad, y como repetimos a menudo, solo la acción organizada de un pueblo bien informado pude ponerle límites a un futuro que ya tiene final anunciado. No se trata de alarmismo sino de hechos reales que nos llevan a un camino sin retorno. Los riesgos globales para la población mundial son tan serios que el Papa Francisco en su encíclica “Laudato” se concentra en los riesgos ecológicos y en que son los pobres los primeros grandes perjudicados. No se puede seguir consumiendo anualmente el 150% de los recursos que genera la naturaleza, en ese mismo período. Que cada uno pelee a su manera, pero la hora manda a luchar por entender que la naturaleza es un sujeto de derecho, como lo establecen las Constituciones de Ecuador y Bolivia. La consigna es, hoy más que nunca, batallar por un el buen vivir, en armonía con la naturaleza.